1

El Mallorca de este año parece un coche que funciona a tirones. En algunos partidos parece una máquina bien engrasada, mientras en otros muestra una apatía que le cuesta muchos puntos. Este inicio de temporada ha sido una auténtica montaña rusa. Tras cosechar un meritorio empate en Son Moix ante el Madrid, vino la derrota ante el Sporting con un apático equipo de Laudrup. Tras empatar en el Camp Nou de forma espectacular, llegó la dolorosísima derrota ante el Espanyol, jugando en casa más de una hora con un jugador más. Hoy, en Mestalla, tocó la parte alta de la montaña rusa. La buena. La divertida.


El equipo mallorquinista salió al campo envalentonado, convencido de sus posibilidades (más de las que les daban algunos) y con una fuerte presión desde la primera línea de ataque que noqueó al Valencia durante buena parte de los primeros 45'. Con un equipo que recuperaba dos baluartes en defensa como Nunes y Ayoze, el entrenador danés del Mallorca sentó en el banco a Cavenaghi (dicen algunas voces que hay un enfrentamiento entre técnico y jugador) y puso a Webó como punta de lanza. El camerunés exhibió pundonor y velocidad y de sus piernas, aunque de forma indirecta, salió el primer gol. Tras un pase en profundidad de De Guzmán, que cuajó un excelente partido al igual que sus compañeros Martí y Joao Víctor en la medular, el delantero bermellón se plantó ante Moyá y antes de chutar se fue al suelo. Álvarez Izquierdo vio penalty (discutible) y Chori Castro lo materializó, no sin suspense. Era el minuto 7.


El sorprendente 0-1 no le cambió la cara al Mallorca, que siguió serio atrás y lanzando contras vertiginosas que cogían continuamente de forma desordenada a la defensa ché. Los valencianistas, como sorprendidos por la salida, parecían no dar crédito a lo que sucedía y no eran capaces de plantarse ante Aouate de forma convincente. Ante las dudas el Mallorca se aprovechó, y en una buena internada por banda, Webó controló y cedió atrás para que Ratinho enganchara un chut seco que se hubiera colado por la cepa del poste de no haber sido por el meta Moyà, que no cuajó una buena actuación ante su ex equipo e incluso fue silbado por su afición. El portero no pudo atajar el fuerte lanzamiento del lateral brasileño y el rebote cayó en el punto de penalti para que Castro, de forma sutil y con la cabeza, lo acomodara en la red y se anotara el segundo gol en su cuenta.


El tanto desató las iras de la afición valencianista, que esporádicamente extendió los pitos al portero sobre el resto de jugadores del Valencia. En un arrebato, más aislado y por vergüenza ajena que como fruto del buen juego, Vicente se plantó en el área y Ratinho, inocente, lo derribó sin discusión (incluso se salvó de la expulsión por doble amarilla). Gol de Soldado y al Valencia le quedaba toda la segunda parte para intentarlo. Pero ayer no era su día, ni tan siquiera con la entrada tardía de Aduriz, que no fue capaz de arreglar la gris fisonomía que mostró su equipo. El Mallorca aguantó sin pasar demasiados apuros el segundo tiempo (incluso pudo aumentar la renta) y sumó tres puntos más a la cuenta de un equipo al que los más oportunistas volverán a calificar de ilusionante. Los mismos que tras perder ante el Espanyol encendían las primeras luces de alarma. Y volvamos a empezar. Porqué en el fútbol no siempre todo es blanco o es negro, hay matices. Y el equipo de Laudrup está intentando encontrar, paso a paso, cuál es su verdadero color.

1 comentarios:

  1. Hombre, el año pasado no encontró su verdadero color (intratable y firme en casa, ridiculo y pasota fuera con contadas excepciones... Calderón y San Mames) y fue quinto... así que, nunca se sabe si es mejor seguir a tirones. A mi de momento me da esperanza, que si se hubiera perdido, clasificación apretada, la copa seguro que hubiera importado menos. Ahora, y más con un día de descanso de más, deberiamos ser mñás ambiciosos.

    Para mi el partido de hoy estupendo. Laudrup acertó de pleno en todas sus decisiones. Desde el inicio con ese doble pivote (o trivote directamente porque De Guzman en defensa se intercambiaba con Marti) y con Webó en punta. Como retirar a Ratinho que estaba completamente alocado y con tarjeta. La solución de Pereira y Crespí funcionó perfectamente.

    También el inicio fue esperanzador, salir con fuerza y meter al Valencia atrás, que por cierto, también sacó un once descafeinado y raro y ya no pudo darle la vuelta. Era un día idoneo para recuperar lo perdido el domingo pasado y salió muy bien, la verdad.

    PD Lo de Moyá, yo creo que el pobre poca culpa tiene. Un gol de penalty otro en un rechace tras sacar una buena mano, y detener el uno contra uno del Chori Castro... pero parece que no termina de conectar con la grada de MEstalla. Una pena. Es buen portero.

    ResponderEliminar