Lo avisaba Michael Laudrup en la previa: "El Valencia es el primero de una Liga de 18 equipos". El técnico danés ponía la venda antes que la herida, consciente de que el peor enemigo de su equipo es la relajación y, sobretodo, de que el Valencia es uno de los equipos punteros de la competición. Porque los equipos modestos demuestran su solidez atrás, en la línea defensiva, dónde suelen hacerse fuertes y fiables. En cambio, los conjuntos poderosos, con músculo económico, lo demuestran con pegada en la delantera. La pólvora es un bien codiciado en el mundo del fútbol, ya que va muy buscada, y el Valencia tiene para dar y regalar: Aduriz, Soldado, Pablo, Mata, Jonas... Ésta y no otra fue una de las claves del partido de ayer.

De nuevo el encuentro empezaba con un penalti a favor del Mallorca al inicio. Webó, más listo que nadie dentro del área, se adelantó a Ricardo Costa que, en su ansias por sacar la pelota, propició un pisotón al que el camerunés añadió un poco de teatro. El Iberostar temblaba de miedo por si Chori Castro, que ya había fallado el martes en Cornellá, se empecinaba en volver a lanzar. Por suerte para sus corazones fue Ramis, no sabemos si por indicación del míster o por iniciativa propia, quien lanzó magistralmente y adelantó a su equipo. Una alegría tan inesperada (el equipo bermellón apenas había probado a Guaita en los 30 minutos que se llevaban de partido) como fugaz.

En menos de 2 minutos el conjunto de Emery demostró que si apretaba el acelerador y ponía alguna marcha más, podía hacer que el Mallorca pareciera un R5 compitiendo con un Ferrari. Tras sacar de centro después del gol, un balón largo al área lo bajó magistralmente Aduriz en la frontal, de esa forma que tantas veces disfrutó la grada mallorquinista en su etapa en la isla, y dejó el balón franco para que Pablo con más precisión que potencia la pelota colocara lejos de Aouate. En sólo 1 minuto los valencianistas habían neutralizado lo que a los baleares les había costado un mundo conseguir.

En la reanudación, otro golpe duro acabó por tumbar casi definitivamente al equipo. Un pase al hueco de Jonas lo materializó otra vez Pablo, más rápido que un ayer acertadísimo Ramis, otra vez allí donde el meta mallorquinista es más vulnerable: en los balones rasos. En este punto el partido entró en una dinámica anodina, hasta que Laudrup se decidió a dar entrada a Aki. La mejor noticia de la noche. El nipón demostró las buenas sensaciones mostradas ante el Espanyol y lo intentó de todas las formas posibles. Aunque sin suerte y sin tiempo. Esperemos verle con más minutos en alguna otra ocasión más propicia para él. El Valencia se llevó los tres puntos y la afición mallorquinista se quedó con la sensación que ante tanta pegada es difícil jugar. Justo lo que más adolece el Mallorca. Será la asignatura que cuerpo técnico y directiva suspenderán sin remedio este curso y que deberán recuperar en septiembre si no quieren repetir los mismos errores del pasado.

4 comentarios:

  1. Quizas el empate fuera lo mas justo.Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Creo que es una derrota normal. El Valencia está muy enchufado este año, y solo le hacen sombra los dos grandes y, en ocasiones, el Villarreal.

    Pese a que coincido con Bruno_1 en que el empate habría sido lo justo, creo que el Mallorca no debe preocuparte por la derrota y tiene que intentar arañar puntos en otro tipo de partidos.

    Carlos
    http://futbolyotrasdrogas.blogspot.com

    ResponderEliminar
  3. Como bien dice el título , caísteis ante el líder de una liga de 18 , el Valencia esta muy fuerte , y pudo remontar , pero todo gracias a el Gran Guata , que evitó que consiguieseis el empate , otra vez será..
    Saludos.

    PD : Rafel , vi la entrada , me tienes que contar cómo habéis conseguido ser el Embajador 2.0 del Mallorca en la Copa Coca-Cola..je je ;)

    ResponderEliminar
  4. Vi el partido y la verdad es que el Valencia es un auténtico equipazo. Pero merecistéis mucho más...
    Saludos desde La Escuadra de Mago

    ResponderEliminar