Castañada, castaña y casi castañazo (Deportivo 1- Mallorca 1)

La castaña fue el partido, sin duda. Encuentro aburridísimo y sin ritmo el que disputaron gallegos y bermellones, sin duda fruto de las rotaciones que incluyeron ambos entrenadores en sus once iniciales. Con la vista puesta al encuentro que el próximo domingo y en el que hay tres fundamentales puntos en juego, Oltra y Caparrós prefirieron reservar y priorizar la Liga, que al final es la que justifica que una temporada sea un éxito o un fracaso. Caro les salió el partido a ambos, que tuvieron que ver como hasta dos jugadores de cada equipo (Ximo y Uche en el bando mallorquinista) sufrían lesiones y mermaban sus ya cortas plantillas. Las balas de fogueo con las que los dos equipos parecían afrontar este encuentro (a expensas del partido de vuelta en Palma) denotan que sin duda lo peor para ambos son las bajas.

El castañazo pudo ser el del Mallorca si no hubiera sido capaz de levantar el golazo de Manuel Pablo, que llegó tras un mal entendimiento entre Aouate y Geromel, que acabó con el brasileño despejando sobre el lateral canario que, de folha seca imparable, batía al portero israelí por el centro de la portería. El Depor no ahogó pero sí que llegó más que los baleares, que casi marcaron en el único chut entre los tres palos del hoy deportivista Germán Lux. Éste fue un córner peinado por Aritzmendi en el primer palo y que Geromel utilizó para redimirse del error en el gol gallego. Poco más que explicar de un encuentro sin historia, con muchas caras desconocidas y pocas ganas de hacer excesiva sangre.

Este ha sido solo el primer round de una serie de tres encuentros que enfrontará a blanquiazules y bermellones en poco más de dos semanas. La segunda parte de este particular tour será el domingo. El equipo de Caparrós ya ni vuelve a la isla y se queda hasta el domingo (16:00h.) para concentrarse en ganar y romper de una vez esa mala racha de cuatro derrotas seguidas en el campeonato de la regularidad. Pese a las bajas, hay que seguir llenando el zurrón antes de que llegue el invierno.

Y la castañada, para los que no lo sepan, es una especie de halloween a la catalana sin ningún tipo de relación con el partido, más allá de redondear y darle un toque resultón (¿?) al titular de esta pieza.