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El Mallorca sacó esta noche un resultado inmejorable, visto el partido realizado, de la ida de los octavos de final de la Copa del Rey. Los baleares, con un equipo plagado de suplentes, se vieron superados una y otra vez por los jugadores del Almería y pudieron haber encajado una goleada de escándalo de no haber sido por la fortuna, fiel aliada de los bermellones durante los 90'. Una vez más una mala gestión del banquillo de Michael Laudrup, que a pesar de ir perdiendo 3-2 desde el minuto 65 no utilizó ninguna de las piezas que tenía en el banquillo para arreglar su desatinada línea defensiva, a punto estuvo de costar la eliminatoria.

Con dos onces plagados de jugadores reservas, tanto mallorquines como almerienses se plantearon el partido a tumba abierta: los cambios en la retaguardia de ambos produjeron desajustes constantes que, mejor aprovechados por los andaluces, se traducían en ocasiones continuas. Así, nada más empezar y de penalti de nuevo discutible (y van...) se adelantó el Almería por medio del héroe de la noche, Ulloa, autor de un hat trick un tanto estéril. Respondió el Mallorca gracias al gol de la noche de De Guzmán, que tras controlar un rechace de pecho en la frontal enganchó una volea imparable para Esteban. El holandés, el mejor jugador bermellón del partido, fue el timón en todo momento y de sus botas salieron las mejores ocasiones. Pero tanto fue el cántaro a la fuente de Germán Lux que se volvió a romper. Esta vez de cabeza. Otra vez Ulloa. Dos. Otro tanto que pudo igualar Víctor en un penalti por mano, marrado a diez del final de la primera parte, pero que finalmente igualaría de volea a pase de N'Sue al filo del descanso. Demasiado premio.

Sin perder el ritmo del primer tiempo, en el que los de Oltra dispararon hasta 12 veces a puerta, el Almería siguió cercando la portería de Lux, que se multiplicó e hizo paradas acertadas a pesar de encajar los cuatro goles. La entrada de Uche y Crusat terminó de desnivelar la balanza y, primero el nigeriano de cabeza, y después Ulloa a pase del bajito extremo catalán, pusieron un 4-2 que amenazaba con ampliarse peligrosamente en los quince minutos que quedaban. Pero ahí es donde entro el juego la diosa fortuna, y le dio la suerte al Mallorca: un resbalón de Carlos García como último hombre dejó el balón libre para que Webó encarara y batiera a placer a Esteban. Los baleares estaban sacando un buen resultado y, entonces sí, se le encendió la bombilla a Laudrup: dio entrada a Ramis por Víctor para asegurar el resultado. Hizo en el 87' algo que debió haber hecho mucho antes para taponar la vía de agua en defensa.

Por suerte, los bermellones se van con un premio enorme y con la sensación de haber sido agraciados en el sorteo de navidad. Tal vez no con el gordo, pero sí con un tercer o cuarto premio que pone la cuesta poco empinada para el partido de vuelta en Palma. Hay que esperar que el técnico danés no vuelva a encomendarse a la suerte entonces, porque ya se sabe que en el fútbol no siempre cae la moneda del mismo lado. De hecho, el lado del Mallorca no sale casi nunca.

2 comentarios:

  1. Muy mal partido pero aún hay eliminatoria, lo que está claro es que hay que remontar.

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  2. Se ha perdido pero aun esto sigue en el aire, si el Mallorca sale a comerse al rival seguro que lo veremos en la siguiente ronda.

    Un saludo y a remontar.

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