3
Llegaba el Mallorca a Villarreal para jugar con todo en contra. Un estadio que se daba mal (hacía seis años que no ganaba allí); un equipo superior y en plena forma, único capaz de hacer sombra a los líderes de la Scotish Spanish League; y ya sólo faltaba la ayuda externa. El encargado de desarrollar esta función era Turienzo Álvarez, un enemigo acérrimo y histórico del mallorquinismo. Con más de cuatro arbitrajes sospechosos del pasado a sus espaldas silbando al Mallorca (Celta 00/01, Barcelona 03/04, Real Sociedad, 05/06, Zaragoza 09/10), hoy acabó de confirmar que su animadversión hacia todo lo que huela a bermellón es manifiesta y desvergonzada.

Era un partido que llegaba con un ambiente enrarecido, con el Villarreal intentando disimular el robo flagrante de la plaza europea del pasado verano y un Mallorca herido en su orgullo pero consciente de la inferioridad ante un equipo como el amarillo. Porqué otra cosa no, pero el equipo de Juan Carlos Garrido toca, y muy bien. Y lo demostró desde el silbato inicial. Borja y Bruno dirigiendo de forma magistral la media, Cazorla y Cani abriendo bandas y Nilmar y Rossi corriendo continuamente y obligando a la defensa mallorquinista a una tarea de desgaste importante, sus llegadas eran de vértigo. El gol no tardó en llegar, y en una larga jugada en segunda instancia, Cazorla cazó un balón en el área grande que transformó plácidamente en gol. Justa recompensa al juego.

Los de Laudrup no se amedrentaron. Levantaron la cabeza, tiraron de orgullo y reaccionaron. Sin ocasiones, pero con posesión. Hasta que llegó un saque de banda que pilló despistada a la defensa del Villarreal, Chori cedió largo a Webo y éste la dejó para que De Guzman, desde la frontal, anotara en un chut con una parábola tan extraña que descolocó al buen portero Diego López. Aun habiendo adolecido de una falta de llegada manifiesta, los bermellones empataban y se metían en el partido. Lo que no esperaban los jugadores era la aparición de Turienzo Álvarez. Que hizo acto de presencia poco después. En una discutible falta pitada en la frontal del área de Aouate, chuta Cazorla y el lanzamiento pega en las manos pegadas al cuerpo de Webó. Ante la sorpresa general, el trencilla, ni corto ni perezoso, señala penalti y encima amonesta al camerunés y a Nunes por protestar. Tras poner su granito de arena, todavía puso un poco más de su parte no ordenando repetir un lanzamiento con paradinha clarísima. Marcaba De Rossi, el mejor del partido, y asestaba un duro golpe a la moral de los baleares.

Una moral que ya no se levantaría, porque a poco de empezar la segunda parte, Nilmar sentenció con una sublime vaselina y ponía un temprano epílogo a un partido que debía haber corrido por otros cauces y que Turienzo se encargó de enderezar. No sólo por el penalti, que ya de por sí es razón de peso, sino por la interminable colección de fueras de juego y faltas mal pitadas. Porqué tampoco es normal que el Mallorca acabara con 26 faltas en su haber, y el Villarreal sólo seis. Lo dicho, una manipulación de un sospechoso habitual sobre un club que también es sospechoso habitual de recibir ayudas federativas. En fútbol las cosas no pasan porqué sí, y las urpas de Roig tienen mucho alcance en la Federación que las de Serra, que no lucen. Una vez más ha quedado patente. La pena es que su equipo no necesita de estas ayudas, ya que hace un fútbol de muchos quilates. Al césar lo que es del césar.

3 comentarios:

  1. Horrible partido que se ha roto con el penalti inexistente e ilegal a partir de ahí nos han dominado.

    ResponderEliminar
  2. Buenas, el Villarreal ganó 3-1, y no me extraña que el colegiado se pusiera a favor del Villarreal, ante la duda, normalemente (no siempre) tiran para el que va antes en la clasificación, un saludo!
    www.f-d-t.blogspot.com -> BLOG NUEVO

    ResponderEliminar
  3. El Villarreal se echó un partidazo, que lo acabó pagando el Mallorca.
    Saludos desde La Escuadra de Mago

    ResponderEliminar