Por Marta Simonet (Periodista mallorquina de VEO 7 a la que agradecemos su colaboración)
Bermellones. Así deberían estar los carrillos de más de uno.
Y es que muchas han sido ya las veces que los mallorquinistas han deseado doblar las sillas de las gradas del Iberostar Estadi, del Ono Estadi,
vamos del Son Moix de toda la vida, para clavarlas entre las ruinas del rojo corazón del Luis Sitjar.

Puede que al final tengamos bien merecida la fama de isleños, de cerrados, pero qué queréis que os diga, el futbol-atletismo no está contemplado
y desde la primera fila del nuevo estadio del conjunto bermellón, la primera plana podría ser bien de Marta Dominguez, aunque no “corran” buenos tiempos.
Se necesitan prismáticos, mantas, animadores, y con este panorama ya me dirás como se come uno las pipas con tranquilidad,
que bastante sufrimos con los resultados. Hace frío, pero lo grave de todo esto es que hace frío por dentro, no se siente la afición,
no se siente el equipo, no se siente el estadio y no será porque los aficionados no hagan ruido, pero el alma de los bermellones se escapa rodando
entre las calles de son rapiña hasta llegar a San Fernando, como llegábamos todos, un ratito a pie y otro caminando,
para llegar a sentir las pulsaciones de un encuentro que no es lo que era.

Con el mallorqueta se está jugando a todo excepto a fútbol, salen, entran, cambian, se mantienen,
les quitan la UEFA y el único resultado de todo esto, es un mes de run run.

Esto en el Luis Sitjar no pasaba.

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