Pocos, muy pocos, creían en que hoy el Mallorca pudiera sacar algo positivo de Cornellá-El Prat. Las bajas de los dos mediocentros titulares (De Guzmán y Martí) obligaban a Michael Laudrup a poner de nuevo un medio del campo de circunstancias, como en el Bernabéu. Sergio Tejera era el encargado de ser el comandante, el capitán y el grumete del equipo, todo a la vez. Tenía que multiplicarse en la media y lo hizo. El ex del Chelsea robó mil balones, asistió en un gol, participó decisivamente en el otro e hizo bailar al equipo al son de su fútbol, que no es poco a sus 21 añitos. Una melodía muy bien afinada que sabe a gloria para un mallorquinismo ávido de disfrutar de su fútbol, que tantos elogios había provocado en Inglaterra.

Todo esto a pesar que el partido ya empezó con mal pie. El Chori Castro, que una vez más demostró que no está al nivel del resto y que podría perder su plaza en el once de forma inminente, erró una pena máxima (que paró un buen Kameni) provocada por un Webó que empezaba a insinuar que éste iba a ser su partido. Tras el fallo, el Mallorca perdió el buen orden del inicio y fruto de una jugada desgraciada (Ayoze se quedó lesionado en el área rival y el Espanyol, ni corto ni perezoso, aprovechó para atacar) bastó para que Pereira, cubriendo la falta del canario en defensa, rompiera el fuera de juego y habilitara a Álvaro. El canterano espanyolista, sólo ante Aouate, demostró arma de killer y adelantó a su equipo.

Los de Laudrup sufrieron a partir de ese momento pero empezaron a recuperar el tono así como se acercaba el descanso. Inclusó hubo un gol legal mal anulado por fuera de juego de N'Sué. Aunque daba igual, porque tras el parón todo cambió. Los pericos empezaron a especular con el resultado, retrasaron su línea defensiva y esperaron a que el Mallorca moviera pieza. A base de coraje y sobretodo de buen fútbol, el equipo bermellón empezó a acosar de forma insultante a Kameni. Había runrún en Cornellà. Hasta que una de esas Tejera la puso con música y Webó, que había tenido ya unas cuantas, se redimió con un testarazo inapelable. Como a él más le gusta. Lejos de aposentarse, el equipo balear olió sangre y quiso matar a su rival.

Consciente de que su equipo estaba siendo superior, Laudrup introdujo al japonés Aki por el desenfocado Castro a falta de un cuarto de hora. No podía salirle mejor la sustitución al míster danés: cuando quedaban 8 para el final, Tejera aprovechó un tuya-mía para ganar la línea de fondo y hacer el pase de la muerte que el recién entrado nipón remató con fuerza. Kameni paró excelentemente pero dejó la pelota muerta para que N'Sue sólo tuviera que empujar a gol. Era el premio a la ambición y el ansia por no acomodarse. Tres puntos de oro para un equipo que empezaba a ver como los de abajo se acercaban. La victoria en el estadio espanyolista, que sólo habían conseguido Barça, Madrid y Villarreal, dará fuerza y confianza al grupo. Y debería servir para que Sergio Tejera sea investido definitivamente como faro y timón de este conjunto. Qué más da que el Mallorca deba pagar por cada partido que juega. Bendito desembolso económico.

3 comentarios:

  1. Buen partido del Mallorca. Lástima el penalty fallado. El partido hubiera sido otra historia.

    Carlos
    http://futbolyotrasdrogas.blogspot.com

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  2. enhorabuena por la victoria, muy merecida del Mallorca.
    saludos desde Malaga

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  3. Una gran victoria , ante un posible rival directo , la verdad es que un gran triunfo .
    Saludos y a por otra victoria!

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