Faltan dos centrales (ya fichados), un delantero y un extremo, y aún así el Mallorca de Joaquín Caparrós sigue sacando puntos de debajo de las piedras. Ayer fue en el dificilísimo campo del Málaga, donde los bermellones dieron una lección de oficio y sobriedad. Consiguieron aprovecharse de la coyuntura de un equipo que, además de estar inmerso en un proceso de desmantelamiento por piezas (una especie de desguace futbolístico) venía de jugar tres días antes un importante partido de Champions. Aunque quitarle méritos a este equipo que lucha con lo que tiene, con lo puesto, sería una injusticia.

 Tomer Hemed se reivindicó una vez más como el delantero que necesita el Mallorca y se está mostrando como una de las revelaciones de este inicio de campaña. Nada tiene que ver con el delantero que el año pasado ni siquiera miraba a portería cuando tenía el balón en los pies. Ahora demuestra tener ansias, hambre, muerde por adentrarse un metro más dentro del área. Lo demostró ante el Espanyol y volvió a hacerlo ayer en La Rosaleda. Cuanto más presión por un nuevo fichaje tiene, como es la hipotética llegada inmediata llegada de Zigic, mejor rinde. Ya se suele decir que la competencia es buena, pero nunca hubiéramos pensado que hasta este extremo.

 Incluso la defensa, que anda cogida con alfileres, con Bigas de central pero con un Nunes que parece que tiene 20 años en lugar de 35, rinde al máximo. Más allá del eje, los laterales con Antonio López y sobre todo con el descubrimiento Ximo están sorprendiendo. Poco que ver con los laterales del año pasado. A eso hay que sumar que cada vez Pina y Márzquez se entienden mejor en la medular, y ojo que podrían os estar ante una de las parejas de mediocentros de la temporada. Calidad técnica, la del de Ciudad Real, y táctica, la de catalán. Una asociación propiedad del Mallorca que promete millones en un futuro inmediato.

 Con todo esto, pocos pensaban que el inicio de liga sería tan exitoso, pero así es. Pese a no estar todavía confeccionado, Caparrós ha conseguido armar un bloque aún más firme que el de la temporada pasada. El maestro de Utrera demuestra una vez más que es capaz de sacar lo mejor de sus jugadores. Si encima los fichajes que vengan mejoran lo que ya hay, nadie se atreve a pronosticar cuál es el techo de estos jugadores.