La directiva no es el demonio ni tampoco un ángel, intereses propios de los periodistas decantan la balanza hacia un extremo u otro cuando se debería ser objetivo e imparcial. Sólo hay una cosa clara, aunque puede afectar mínimanente no se puede culpar a la directiva de la situación actual.
Serra Ferrer completó una buena plantilla la cual aparentaba ser competitiva como así demostró las primeras jornadas realizando un inicio de temporada deslumbrante que luego se fue apagando progresivamente.
Ningún equipo rechazaría tener jugadores como Javi Márquez, técnica pura, Giovani dos Santos, desborde y velocidad y con gran prestigio y demostrado o Geromel, central 2 veces en el once ideal de la Bundesliga. Puede haber algunos discutibles como Arizmendi o Conceiçao, pero nadie es perfecto y cada año hay alguna decepción.
Lo único que se le puede achacar a la directiva respeto al rendimiento, y esto hay que destacarlo, es la inestabilidad institucional que provocan. De este tema no son únicamente responsables Cladera y Serra Ferrer sino que a la banda se pueden unir Cerdà, Pere Terrassa y Claassen entre otros. Las continuas guerras entre ellos, noticias preocupantes, desprestigios y menosprecios mutuos, denuncias entre ambos bandos, causan una mala imagen e inestabilidad innecesaria y que afecta a los jugadores a los cuales preguntan desde la prensa cada semana por ello. Una planta noble tranquila llevaría a una concentración absoluta de la plantilla en lo deportivo.
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