Una nueva oportunidad desperdiciada, la enésima, para demostrar
que el Mallorca merece ser acreedor de una condena que cada vez parece más y
más inevitable. Ayer fue una nueva prueba de que el equipo bermellón tufa a
segunda, y lo peor de todo es que lo será por culpa de la retaguardia del
equipo. La defensa de este Mallorca es sin duda la peor que se ha visto en la
isla en los 16 años consecutivos de la historia reciente del club en primera.
En la noche de ayer en La Romareda, el Zaragoza hizo 4 acercamientos al área de
Aouate, finalizados con disparo o remate. Tres de ellos acabaron en el fondo de
las mallas, desnudando la cruda realidad de la entidad: que la mala
planificación defensiva será la que empujará al equipo a su más que probable
descenso.
Es cierto que nadie podía asegurar que la jubilación
futbolística de Nunes y Aouate llegaría tan de repente y de forma tan
simultánea. Que ambos han bajado su rendimiento de forma notoria y los resultados
del equipo han descendido alarmantemente es algo incuestionable. Pero ahí es
donde entra la fundamental tarea de la planificación deportiva: aunque nadie
sabía cuándo llegaría este día, se debía estar previsto para que cuando
sucediera no fuera un drama. Y es justo lo que ha pasado, que Aouate se ha
hecho mayor y nadie se ha molestado en ficharle un relevo que le disputara la
titularidad y creciera bajo su tutela. Calatayud no ha dado nunca la sensación
de creerse titular en este equipo y a Miño, que cuando ha salido ha rendido a
buen nivel, no se tiene en cuenta para nada. Y el eje defensivo más de lo mismo,
trayendo a dos inexpertos centrales brasileños, a cuál más sobrevalorado y poco
cualificado. En lugar de buscar algún jugador con experiencia demostrada en la
competición española, como se hizo antaño con Chico, se han tirado los dados
sin duda por consejo de algún superagente portugués. Y han salido los ojos de
la serpiente. Game over.
El partido se planteó con ganas, con intensidad, más de la
que puso inicialmente un Zaragoza al que se le veía que le temblaban las
piernas por la relevancia del envite. Afrontar estos partidos siendo el colista
es una losa más que se debe levantar. Los de Manzano se aprovecharon y se
adelantaron por medio de un buen remate de Hemed. Tras el gol, y como ya ha
pasado otras veces esta temporada, el equipo isleño cedió el testigo al rival
para que le asediara. Ven y atácame. Bajó el nivel, retrasó líneas y sufrió 11
minutos, los que tardó Paco Montañés en dejar en evidencia la forma de tirar un
fuera de juego por parte de una defensa y equilibrar la balanza en el marcador.
Con el 1-1 se llegó al descanso con los mallorquinistas sufirendo más de la
cuenta, pero disponiendo de alguna ocasions claras como la que dispuso Alfaro,
definiendo de forma lamentable. Ayer no era la noche del ex del Sevilla. El
descanso no modificó el panorama y acabó cayendo el segund o tanto zaragocista,
esta vez de Postiga en un buen remate tras aprovecharse de la relajación en la
marca de Geromel. Una vez más el central brasileño acabó a los pies de los
leones tras su nefasta actuación de ayer, ayudada por un Nunes que ya no goza
de la intesidad y la fuerza al cruce que tenía en sus buenos momentos.
Manzano movió ficha, metió a Arizmendi y Víctor y el
diagnóstico del equipo no mejoró. Controlaba pero le costaba llegar al área. El
Zaragoza tampoco no se iba arriba, ya que los hombres de Manolo Jiménez sabían
lo que les cuesta marcar goles y no iban a desperdiciar la ventaja después de haber
remontado. Pero el factor nervios también juega, y en una falta de
entendimiento entre Roberto y Paredes le dejaron el balón a placer para que
Arizmendi anotara sin ángulo. Un nuevo golpe de drama en la trayectoria de los
de Manzano que parecían al menos sacar un punto que al final podía ser valioso.
Aunque faltaba un acto, el final apoteósico, que tuvo como protagonista a Rochina
y como culpables de nuevo a Geromel, lento y flojo al cruce, y a Aouate, que
vio como el balón entraba por su palo. En el 88'. Mordisco a la yugular que ya
no pararía de sangrar y que dejaría una herida abierta en el mallorquinismo. El
Mallorca es un animal herido de muerte y sin ninguna defensa. Solo un milagro
salvaría ahora mismo a estos jugadores, que son incapaces de arreglar las
goteras de la delantera cuando tienen el sotano defensivo inundado. Así no se
puede. Aceptar la condena sería lo más sensato.
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