El mallorquinismo está de bajón. El empate a 0 en el Vicente Calderón fue la gota que colmó el vaso de la esperanza del barralet incombustible, aquel fiel seguidor del Mallorca que hasta el último segundo aún cree en que el milagro es posible. Y ojo, a pesar de todo sigue creyendo, pero un poco menos. Con Hemed y su Tendón de Aquiles maltrecho, con Gio en un más que probable éxodo a su país por compromisos con su selección, y con tres resultados que deben ser favorables, además de ganar el propio, la hazaña se acerca más a la más épica de las conseguidas por el club en toda su historia. Solo en un deporte como el fútbol, en el que lo más inverosímil algunas veces acaba pasando, puede ocurrir algo así. “¿Y por qué no?”, se pregunta el incrédulo. Pues estas razones que expondremos van para esos incrédulos que se resisten a caer en su empeño de salvarse, más allá que su equipo se esfuerce en derrotarles por K.O. Los que quieran creer, que empiecen por aquí.

  1. El Mallorca ha salido de situaciones mucho peores. Negar que el año en que el Levante de Schuster se hizo el harakiri, en la 2004/2005, era peor que éste es faltar a la verdad. A falta de 10 partidos el equipo de Héctor Cúper estaba absolutamente descendido. No era cuestión de un milagro, sino de una conjura de muchos milagros. Y sucedió.
  2. El Valladolid es talismán. Los pucelanos ya han visto salvarse al equipo mallorquinista en Son Moix. Fue en el final de Liga de la 2001-2002, cuando un tanto de Ibagaza y otro inolvidable de Luque hicieron que se remontara un gol inicial de Fernando y se lograra la salvación a costa de Tenerife, Las Palmas y (ojo) el Zaragoza.
  3. El Deportivo de la Coruña se la juega con una Real de Champions. El empate de los donostiarras en la penúltima jornada ante el Real Madrid fue la mejor noticia posible que se podía dar en Anoeta. Los de Montanier se ven ahora dos puntos por debajo del Valencia después de haber cuajado una gran temporada, y no parecen dispuestos a abandonar su sueño fácilmente. Seguro que lucharán a muerte por ello, y aún más a sabiendas de que los valencianistas pueden no ganar en su visita al Sánchez Pizjuán. 
  4. El Celta se la jugará con un portero de 17 años. Dicen los expertos que en los partidos con tensión al límite, es mejor disponer de jugadores experimentados, incluso sacrificando la calidad. Abel Resino tendrá que hacer todo lo contrario, substituir a uno de sus mejores hombres esta temporada, el portero Javi Varas (que se luxó el codo la pasada jornada) por un portero en edad juvenil, Rubén Blanco. Un hándicap a tener en cuenta si el partido ante el Espanyol llega con un resultado apretado a los minutos finales. Recordar que un empate le vale al Mallorca. 
  5. El Zaragoza es un muerto en vida. Si hay algún equipo que en la penúltima jornada dio mala pinta, ese es el conjunto de Manolo Jiménez. Ante el Betis se vio superado en todas las líneas, pero sobre todo en la media y la defensa, donde el equipo hizo aguas. Un punto en las tres últimas y vitales jornadas son un mal augurio para un equipo que pretende salvarse. Y con la afición enfrentada totalmente con el equipo. En la capital maña los jugadores hablan incluso del miedo de que se den los resultados necesarios y ellos no sean capaces de ganar, síntoma inequívoco de que dudan de todo. A eso debe agarrarse el Mallorca. 
  6. El Atleti siempre da la talla cuando se le necesita. Si hay un equipo que no responde al estereotipo de equipo que ya lo ha conseguido todo y se deja vencer ante un rival necesitado, ese es el Atlético. Y sino que se lo pregunten al Mallorca de hace dos años, cuando Agüero amargó la noche a los bermellones en el día de su despedida del club colchonero y por poco no lo manda a Segunda División. Falcao deja el club de forma ya confirmada y seguro que querrá irse con buen sabor de boca, igual que lo hizo el Kun. Ante el Zaragoza, el Tigre puede ser clave. 

Seguramente muchos crean que aquí se está fundando una cofradía del clavo ardiendo sin ser consciente de lo difícil que resulta que se den cuatro resultados favorables al mismo tiempo (los tres de los rivales y el del Mallorca propio), y seguramente tengan razón. Los que no quieran creer seguramente esgrimirán otras razones, pero eso lo dejamos para los que no son mallorquinistas. Los barralets creen hasta el final y no es menos cierto que Son Moix ha superado ya tres ocasiones situaciones comprometidas como la del sábado. ¿Por qué no otra vez?¿Por qué no creer?

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