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Lo peor que le puede pasar a un aficionado al fútbol, cuando analiza las alineaciones de un partido que va ver, es que éstas le transmitan sensaciones negativas. Que le hagan pensar que el partido será aburrido, sin punch. Porqué normalmente lo acaba siendo. Se plantaba el Depor de Lotina en Palma en plena recuperación (3 victorias en los últimos 4 encuentros) y con la manta enrollada hasta el cuello. El técnico deportivista, consciente de que era uno de los problemas del equipo, decidió hace unas semanas incorporar 5 defensas en sus alineaciones. Y ahí empezaron las victorias. Y como dicen que lo que funciona, mejor no tocarlo, el entrenador siguió a rajatabla la máxima: tres centrales altos en el eje de la zaga (los tres por encima de 1'85 cm.) y un equipo al que calificarlo de defensivo sería poco. Pero también sorprendió Laudrup, que cambió los dos puntas que solía poner siempre en casa por uno sólo y un medio del campo más fuerte con Joao y Martí. Un equipo más defensivo de lo habitual con un Depor con el bus en la portería. La cosa no pintaba nada bien.

Aunque no empezó mal el Mallorca. Tocando de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, vehiculando el juego por los dos mediocentros, el equipo se encontró cómodo y cuando encontraba algún hueco por donde meterle mano a la defensa coruñesa (las pocas veces que se dejó) se lanzaba. Así llegaron dos lanzamientos a los palos sobre los 20' de partido: un cabezazo de N'Sue que remató sólo en el área grande y una dejada de Webó que Pereira estrelló violentamente en el larguero. Antes, también se pudo adelantar el Depor en una de las pocas ocasiones que tuvo de cara a portería, cuando Lopo remató un centro largo por encima del larguero estando a escasos dos metros de la línea de gol. Y entre una cosa y otra, el partido llegó al descanso con un Mallorca con un 60% de posesión y un Deportivo que estaba más que cómodo esperando atrás.

En el segundo tiempo el público esperaba una avalancha mallorquinista sobre el área de Aranzubia, como el día del Levante. Ni mucho menos. Lopo, Colotto y Aythami, los tres defensas centrales, se hartaron a sacar balones bombeados que una y otra vez ponían los Martí, Ratinho, Ayoze o De Guzmán, sin peligro alguno para la zaga. Ni siquiera las entradas de un Chori recién recuperado y fuera de forma ni de Cavenaghi, con el que Laudrup redibujó el esquema táctico del equipo, aportaron nada. La segunda parte transcurrió de forma plácida para los de Lotina, que ni se acercaron al área de Aouate ni dejaron que el Mallorca se acercara a la suya. El resultado, el previsible: 0-0. El Depor se llevaba aquello que había venido a buscar y los bermellones se quedaban con la sensación de haber podido hacer algo más.

3 comentarios:

  1. Lo dicho, vaya partido más soso por Dios, si alguien merecía ganar eramos nosotros, pero no destacó ningún equipo en especial

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  2. Totalmente cierto, excepto una cosa en tu análisis, yo creo que la entrada de Cavenaghi si se notó. Fue el que le da un pase a Webó que le deja solo, bajó a recibir y tuvo la ocasión que venía de un saque de puerta que peina Webó y se quedó solo. Con 3 centrales, el Depor tenía sencillo defender a un solo hombre, con dos, se podían buscar más asociaciones. Pero bueno, es muy difícil rascar algo contra equipos tan pertrechados atrás.

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  3. Cierto todo lo que he leído, pero llega a ser gol el poster de Nsue o el larguero de Pereira y de otro partido estaríamos hablando. Preocupa que ahora vayamos a Sevilla!

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