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 El Mallorca accedió ayer a los octavos de final de la Copa del Rey tras eliminar al Deportivo de la Coruña en un encuentro insulso en el que ni unos ni otros demostraron la suficiente determinación para golpear al contrario. A los baleares, porque el gol de Geromel  en la ida le era más que suficiente, a los coruñeses porque no fueron capaces de superar el entramado formado por Caparrós atrás. Y también porque los mejores días de Bodipo en la delantera blanquiazul ya son historia.

Dejando la clasificación a un lado, la nota positiva que pueden sacar los isleños es la vuelta al equipo de Gio, Nunes y Javi Márquez, que disputaron sus primeros minutos tras semanas de baja en las que los bermellones han notado su ausencia, sobre todo la del portugués y el ex espanyolista. Nunes fue el baluarte que acostumbra a ser en la retaguardia mallorquinista y no pareció notar la inactividad, algo que sí hizo Javi Márquez, al que se le vio poco confiado, demasiado prudente en el pase y sin casi aportar verticalidad en la media de los de Joaquín Caparrós. Caso aparte es Gio Dos Santos, que partido a partido demuestra que no se encuentra cómodo en la posición de segunda punta en la que le acomoda el utrerano.  Acostumbrado a participar activa y decididamente en el juego de su equipo, al mexicano se le ve perdido arriba, recibiendo la mayoría de veces de espaldas y sin posibilidad de explotar su verticalidad y técnica.

Tal vez lo mejor del partido de ayer fue Arizmendi, que sí cumplió con su papel de boya en ataque, abrió a banda cuando pudo y gozó de algún remate de cabeza que no encontró portería. Una alternativa a Tomer Hemed para cuando el israelí no esté acertado. Tras esta insulsa eliminatoria, en la que costaría decidir si fue peor el partido de ida o el de vuelta, el Mallorca se encontrará con el Sevilla de Míchel, que en liga venció por 3-2 en un buen encuentro de los hispalenses. Cabe esperar que Caparrós aprendiera la lección de la liga y sepa cómo neutralizar la avalancha que es el Sevilla en determinados momentos del encuentro. Si no es así, el futuro de los isleños en esta Copa será más negro que su segunda equipación.

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